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Experiencias

El beso

Cuando era adolescente me gustaba pasar horas en el Museo Nacional de Bellas Artes, siempre que ingresaba me daba la bienvenida la cautivante obra de Rodin “El beso”. Me podía quedar horas admirando la escultura tan humana e inventando historias. Hace poco me encontré con el libro de Diane Ackerman “Una historia natural de los sentidos”. En pocas líneas la autora me acerco las palabras justas para resolver el misterio que cautivaba al la vista de cualquier mortal:

“(…) Quizás el beso más famoso del mundo sea la escultura de Rodin, en la que dos amantes, sentados en una piedra, se abrazan tiernamente con una energía radiante, y se besan para siempre. (…) El éxtasis fluye en cada poro de ambos. Aunque se tocan en pocos lugares, parecen estar tocándose en cada célula. Sobre todo, no nos tienen en cuenta, ni al escultor ni a los espectadores ni a nada en el mundo fuera de ellos mismos. Es como si hubieran caído al pozo del otro; no solo están absortos sino que se absorben mutuamente. Rodin, que solía tomar esbozos secretos de los más pequeños movimientos que hacían sus modelos, les dio a los amantes una vitalidad y un temblor que el bronce rara vez puede captar en su calma esencial. (…) Rilke observó cómo Rodin era capaz de llenar sus esculturas con “con esa profunda vitalidad interior, con la rica y sorprendente inquietud de la vida. Incluso la tranquilidad, allí donde la había, estaba compuesta de cientos y cientos de movimientos que mantenían el equilibrio. (…) Aquí había un deseo imposible de medir, una sed tan grande que todas las aguas del mundo se secaban en ella como una sola gota. (…)” [Diane Ackerman (1990) A natural history of the senses. New York: Random House]

Las palabras de Diane me hicieron pensar en los materiales, en las transformaciones que son posibles con un buen artista, alguien que observa y captura la esencia de los gestos, lo que nos hace propiamente humanos ¿Podemos lograr estas experiencias cautivantes con materiales como las tecnologías? Los buenos diseños y la posibilidad de pensar en eso que convoca nos inspira a seguir en la búsqueda con un pie en la mirada atenta pero no por eso menos creativa.

 

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